Los osos polares se han visto gravemente afectados por el cambio climático, y los investigadores están preocupados porque si continúa el calentamiento global con los patrones del pasado, entonces su número va a seguir disminuyendo.
Todos sabemos que las temperaturas siguen aumentando año tras año, también debido al calentamiento global, y los esfuerzos para detenerlo no han sido efectivos todavía.
Los osos polares viven sólo en la región del Ártico, donde caminan por las gruesas capas de hielo. Como este hielo comienza a derretirse, su hábitat natural está siendo destruido y no hay forma de recuperarlo. Las únicas excepciones son los que están en cautiverio en zoológicos, donde las temperaturas son más cálidas. Mientras residen en estos sitios, no se encuentran en la naturaleza tratando de valerse por sí mismos.
Estos cambios climáticos también afectan a su fuente de alimentación. Ellos dependen de las distintas especies de focas como su principal fuente de alimento. A medida que estas especies tienen que moverse para encontrar su propio alimento, los osos polares tienen menos para vivir. Otro problema es que los osos polares se están moviendo demasiado para encontrar comida y un hábitat donde puedan estar contentos. Esto ha llevado a muchos de ellos hacia lugares muy cercanos a los humanos.
No hay duda de que el oso polar sería capaz de adaptarse a climas más cálidos. El problema sin embargo es que también tendría que cambiar de lo que se alimentan. Esto va a perturbar definitivamente el equilibrio de la cadena alimenticia. Se alterará la capacidad de muchos osos polares para sobrevivir. A pesar de que la evolución es posible, igualmente solo lograrán sobrevivir los más fuertes.
Lo que los investigadores han catalogado como un gran problema para muchos osos polares son los cambios en la masa de hielo. Los osos caminan sobre el hielo para llegar a la tierra y volver al agua nuevamente. Lo que puede ocurrir es que mientras los osos polares están en la tierra, la formación de hielo que utilizaron para llegar hasta allí, puede romperse o derretirse. Como resultado, pueden quedarse atrapados en un pedazo de tierra. Si no hay suficiente alimento allí, puede que no sobrevivan.
Los osos polares necesitan el clima demasiado frío para estar cómodos. Cuando usted los ve en el clima del Ártico se puede hasta sentir lástima por ellos. Sin embargo, no hay necesidad, ya que sus cuerpos pueden llegar hasta 50 grados Fahrenheit. Como la temperatura global de la región ártica se incrementa anualmente en unos pocos grados, muchos expertos tienen razones para estar preocupados por el futuro de los osos polares.
De hecho, hay una mayor probabilidad de un oso polar muriendo por sobrecalentamiento, que por congelación, a pesar de que las temperaturas en las aguas del Ártico son a menudo muy por debajo de cero. Sus cuerpos están diseñados para manejar el frío extremo, pero no el calor. De hecho, a menudo es difícil determinar la causa de la muerte de un oso polar. La oportunidad de examinar sus restos es prácticamente inexistente. Sin embargo, muchos investigadores tienen una teoría sobre cómo las funciones de su cuerpo de cierran o se dañan por el calor, lo que puede causar una muerte prematura en muchos casos.
Lamentablemente, se estima que si el cambio climático continúa, todos los osos polares se extinguirán en menos de 100 años.